Al completar el álbum, envíanos tus datos mediante el FORMULARIO DE CONTACTO o escríbenos a info@dinosauriosdelapatagonia.cl y participarás en el sorteo de los siguientes PACKS de premios. Ten en cuenta que al momento de canjearlos, se te exigirá la presentación del álbum con todas sus láminas. Se darán a conocer los ganadores, mediante La Prensa Austral, a fines de Septiembre 2023.
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Para entender cómo los dinosaurios llegaron a existir, debemos retroceder 310 millones de años, a fines de la era Paleozoica, cuando las placas tectónicas se habían ido acercando entre sí hasta conformar masas extensas de tierra. Con ello, el clima se había vuelto muy cálido, dando lugar a vastos desiertos donde pocos animales lograban subsistir. Pasó el tiempo hasta que esas masas de tierra quedaron tan unidas que conformaron un solo supercontinente: Pangea. El clima, entonces, resultó tan agreste que desató la peor extinción que la tierra haya enfrentado, eliminando alrededor del 90% de la vida en el planeta. Ese árido y caluroso escenario sería el que luego, hace 250 millones de años, daría inicio a una nueva era: el Mesozoico, que se convertiría en la gran época de los dinosaurios. “Triásico” es como denominamos a la primera etapa de esa era, cuando las pocas especies de plantas que habían sobrevivido la catástrofe fueron adaptándose y comenzaron a extenderse, y nuevas formas de vida proliferaron.
Al finalizar el Triásico, Pangea se separó en dos: Laurasia, en el norte; y Gondwana, en el sur, donde quedó ubicada la Patagonia. Así comenzó el Jurásico, segunda etapa del Mesozoico. El clima se tornó tropical por la formación de pequeños mares superficiales y grandes extensiones de bosques con helechos y coníferas, el terreno ideal para la “era de oro” de los dinosaurios. A los que caminaban en dos patas y solían ser depredadores los denominamos Terópodo (como raptores o alosaurios); mientras que a los que caminaban en cuatro y solían ser herbívoros, los llamamos Saurópodo. Algunos llegaron a convertirse en los primeros titanosaurios (enormes criaturas de cuello largo, como el Diplodoco). La Patagonia de esos impresionantes animales era más húmeda y calurosa que la actual. Si hubieses estado allí, habrías podido recorrer extensos bosques de araucarias, te hubieses encontrado con árboles podocarpáceos (parecidos al mañío, de Chiloé) y seguramente habrías divisado varios árboles cycadales (de apariencia similar a una palmera).
Con los continentes aún separándose, el clima uniforme del planeta fue reemplazado por sistemas climáticos pequeños. Esas variaciones en temperatura y condiciones atmosféricas más locales por región produjeron cambios en la biodiversidad. Surgieron las plantas con flor, ganando terreno a las coníferas. Ello vino aparejado de una revolución en la variedad de insectos, especialistas en polinización. Como todo cambio en una cadena alimenticia impacta a otro, los animales también se diversificaron. Las aves se multiplicaron, y los dinosaurios también se beneficiaron con el enriquecimiento del ecosistema, pues continuaron reinando la tierra en todos los continentes, alcanzando los mayores tamaños históricos.
Los dinosaurios no nos abandonaron del todo. Poco a poco, se ha descubierto que las aves son descendientes de un grupo particular de dinosaurios, de mediano y pequeño tamaño, que comenzaron a adquirir ciertos rasgos de aves. Hoy en día, muchos científicos creen que estas deberían considerarse “dinosaurios vivos”. Por cierto, en la tierra jamás volverán a habitar los grandes dinosaurios del pasado, pero podemos contentarnos con observar y estudiar a las aves. Quizás nos ayude a resolver alguna de las incógnitas que aún existen acerca de la evolución de la vida en el planeta.
Para entender cómo los dinosaurios llegaron a existir, debemos retroceder 310 millones de años, a fines de la era Paleozoica, cuando las placas tectónicas se habían ido acercando entre sí hasta conformar masas extensas de tierra. Con ello, el clima se había vuelto muy cálido, dando lugar a vastos desiertos donde pocos animales lograban subsistir. Pasó el tiempo hasta que esas masas de tierra quedaron tan unidas que conformaron un solo supercontinente: Pangea. El clima, entonces, resultó tan agreste que desató la peor extinción que la tierra haya enfrentado, eliminando alrededor del 90% de la vida en el planeta. Ese árido y caluroso escenario sería el que luego, hace 250 millones de años, daría inicio a una nueva era: el Mesozoico, que se convertiría en la gran época de los dinosaurios. “Triásico” es como denominamos a la primera etapa de esa era, cuando las pocas especies de plantas que habían sobrevivido la catástrofe fueron adaptándose y comenzaron a extenderse, y nuevas formas de vida proliferaron.
Al finalizar el Triásico, Pangea se separó en dos: Laurasia, en el norte; y Gondwana, en el sur, donde quedó ubicada la Patagonia. Así comenzó el Jurásico, segunda etapa del Mesozoico. El clima se tornó tropical por la formación de pequeños mares superficiales y grandes extensiones de bosques con helechos y coníferas, el terreno ideal para la “era de oro” de los dinosaurios. A los que caminaban en dos patas y solían ser depredadores los denominamos Terópodo (como raptores o alosaurios); mientras que a los que caminaban en cuatro y solían ser herbívoros, los llamamos Saurópodo. Algunos llegaron a convertirse en los primeros titanosaurios (enormes criaturas de cuello largo, como el Diplodoco). La Patagonia de esos impresionantes animales era más húmeda y calurosa que la actual. Si hubieses estado allí, habrías podido recorrer extensos bosques de araucarias, te hubieses encontrado con árboles podocarpáceos (parecidos al mañío, de Chiloé) y seguramente habrías divisado varios árboles cycadales (de apariencia similar a una palmera).
Con los continentes aún separándose, el clima uniforme del planeta fue reemplazado por sistemas climáticos pequeños. Esas variaciones en temperatura y condiciones atmosféricas más locales por región produjeron cambios en la biodiversidad. Surgieron las plantas con flor, ganando terreno a las coníferas. Ello vino aparejado de una revolución en la variedad de insectos, especialistas en polinización. Como todo cambio en una cadena alimenticia impacta a otro, los animales también se diversificaron. Las aves se multiplicaron, y los dinosaurios también se beneficiaron con el enriquecimiento del ecosistema, pues continuaron reinando la tierra en todos los continentes, alcanzando los mayores tamaños históricos.
Los dinosaurios no nos abandonaron del todo. Poco a poco, se ha descubierto que las aves son descendientes de un grupo particular de dinosaurios, de mediano y pequeño tamaño, que comenzaron a adquirir ciertos rasgos de aves. Hoy en día, muchos científicos creen que estas deberían considerarse “dinosaurios vivos”. Por cierto, en la tierra jamás volverán a habitar los grandes dinosaurios del pasado, pero podemos contentarnos con observar y estudiar a las aves. Quizás nos ayude a resolver alguna de las incógnitas que aún existen acerca de la evolución de la vida en el planeta.
Es difícil ignorar la importancia de las "helechos con semilla", como el Dicroidium, una de las plantas fundamentales de este tipo, que dominó los paisajes del hemisferio sur. Por cierto, brindó una fuente vital de alimento para los dinosaurios herbívoros y coexistió con otras especies vegetales como Pteridófitos, Cycadófitas, Coníferas y Ginkgófitas; todas estas, de clima tanto húmedo como templado. Estudiar esta asociación florística es una fascinante ventana al pasado que nos permite explorar la evolución y diversificación de las plantas terrestres de tallo y hojas verdaderas. Su gran aporte a la dieta de los dinosaurios nos recuerda la íntima relación entre plantas y animales a lo largo de la historia.
Es difícil ignorar la importancia de las "helechos con semilla", como el Dicroidium, una de las plantas fundamentales de este tipo, que dominó los paisajes del hemisferio sur. Por cierto, brindó una fuente vital de alimento para los dinosaurios herbívoros y coexistió con otras especies vegetales como Pteridófitos, Cycadófitas, Coníferas y Ginkgófitas; todas estas, de clima tanto húmedo como templado. Estudiar esta asociación florística es una fascinante ventana al pasado que nos permite explorar la evolución y diversificación de las plantas terrestres de tallo y hojas verdaderas. Su gran aporte a la dieta de los dinosaurios nos recuerda la íntima relación entre plantas y animales a lo largo de la historia.
Se han encontrado restos fósiles en la Formación Ischichuca de la Provincia de Mendoza, Argentina. Por la proximidad del hallazgo, se sugiere que también habitó el norte patagónico. Tenía una dentición heterodonte, o sea: dientes de diferentes formas y tamaños adaptados a distintas funciones en la masticación. Posiblemente se alimentaba de arbustos, musgos y hojas. Estos antepasados de los mamíferos, que midieron 1,5 metros y pesaron unos 30 kilos, compartieron un mismo territorio con los dinosaurios. A través de su anatomía podemos descubrir cómo se fueron adaptando, durante millones de años, para sobrevivir en un mundo prehistórico lleno de peligros y depredadores.
Se han encontrado restos fósiles en la Formación Ischichuca de la Provincia de Mendoza, Argentina. Por la proximidad del hallazgo, se sugiere que también habitó el norte patagónico. Tenía una dentición heterodonte, o sea: dientes de diferentes formas y tamaños adaptados a distintas funciones en la masticación. Posiblemente se alimentaba de arbustos, musgos y hojas. Estos antepasados de los mamíferos, que midieron 1,5 metros y pesaron unos 30 kilos, compartieron un mismo territorio con los dinosaurios. A través de su anatomía podemos descubrir cómo se fueron adaptando, durante millones de años, para sobrevivir en un mundo prehistórico lleno de peligros y depredadores.
A diferencia de otros dinosaurios, que tenían dientes simples y similares, este grupo poseía una dentadura especializada y a ello debe su nombre: heteros (distintos), odonto (dientes); caninos largos y afilados para desgarrar, así como molares más amplios y planos para triturar. Algunos hinchaban la piel de su cabeza, a manera de cresta o joroba, lo que podría haber atraído a las hembras o intimidado a otros machos durante la época de apareamiento. Su tamaño no superaba el de un gran perro doméstico.
A diferencia de otros dinosaurios, que tenían dientes simples y similares, este grupo poseía una dentadura especializada y a ello debe su nombre: heteros (distintos), odonto (dientes); caninos largos y afilados para desgarrar, así como molares más amplios y planos para triturar. Algunos hinchaban la piel de su cabeza, a manera de cresta o joroba, lo que podría haber atraído a las hembras o intimidado a otros machos durante la época de apareamiento. Su tamaño no superaba el de un gran perro doméstico.
Vivía en áreas boscosas y húmedas, cercanas a ríos y lagos. Era herbívoro, con una dieta compuesta, principalmente, por helechos, musgos y otras plantas bajas. Se sabe que fue una de las primeras especies que cuidaba a sus crías, lo que sugiere una vida social más compleja que especies anteriores, pues también formaba rebaños y regresaba cada año al mismo lugar para anidar. Aunque su tamaño no llegó a ser tan grande como el de sus descendientes, los titanosaurios, el Mussaurus podía medir hasta seis metros de largo y pesar una tonelada. Gracias a ello, era capaz de moverse tanto en tierra como en agua, convirtiéndose en un animal muy versátil y adaptable. Esa capacidad, precisamente, le permitió protegerse de depredadores y explorar nuevos territorios.
Vivía en áreas boscosas y húmedas, cercanas a ríos y lagos. Era herbívoro, con una dieta compuesta, principalmente, por helechos, musgos y otras plantas bajas. Se sabe que fue una de las primeras especies que cuidaba a sus crías, lo que sugiere una vida social más compleja que especies anteriores, pues también formaba rebaños y regresaba cada año al mismo lugar para anidar. Aunque su tamaño no llegó a ser tan grande como el de sus descendientes, los titanosaurios, el Mussaurus podía medir hasta seis metros de largo y pesar una tonelada. Gracias a ello, era capaz de moverse tanto en tierra como en agua, convirtiéndose en un animal muy versátil y adaptable. Esa capacidad, precisamente, le permitió protegerse de depredadores y explorar nuevos territorios.
Más conocidos como silesáuridos, se trata de un un grupo de reptiles primitivos del Triásico Inferior, posiblemente el primer tipo de reptil bípedo. Poco se sabe de su alimentación, pero se infiere que carnívoro no era, pudiendo alimentarse de plantas y pequeños invertebrados. Su origen es incierto, aunque se lo considera el pariente más cercano de los dinosaurios Ornithischia, un grupo que incluye a especies tan icónicas como los iguanodontes. Los silesáuridos habitaron en los escasos ambientes húmedos del periodo, y tenían un tamaño similar al de un tigre o león moderno.
Más conocidos como silesáuridos, se trata de un un grupo de reptiles primitivos del Triásico Inferior, posiblemente el primer tipo de reptil bípedo. Poco se sabe de su alimentación, pero se infiere que carnívoro no era, pudiendo alimentarse de plantas y pequeños invertebrados. Su origen es incierto, aunque se lo considera el pariente más cercano de los dinosaurios Ornithischia, un grupo que incluye a especies tan icónicas como los iguanodontes. Los silesáuridos habitaron en los escasos ambientes húmedos del periodo, y tenían un tamaño similar al de un tigre o león moderno.
Se trata de un grupo diverso de terápsidos (antepasados de los mamíferos) que vivió en distintos hábitats terrestres durante el periodo Pérmico y Triásico. Debido a la variedad de especies dentro del grupo, pudo haber tenido hábitos alimenticios disímiles; tanto carnívoros, algunos; y herbívoros, otros. Sus características dentales y mandibulares eran similares a las de los actuales mamíferos, así como sus adaptaciones craneales para una masticación eficiente. Se ha demostrado que algunos tenían un cerebro relativamente grande en comparación con otros terápsidos de la época, lo que sugiere que algunos Theriodonta habrían presentado un comportamiento complejo y una capacidad cognitiva avanzada; motivo de fascinación para los científicos que han decidido estudiarlos. Habitó de manera abundante en el norte de la Patagonia, señal de que este era un ambiente muy favorable para su supervivencia.
Se trata de un grupo diverso de terápsidos (antepasados de los mamíferos) que vivió en distintos hábitats terrestres durante el periodo Pérmico y Triásico. Debido a la variedad de especies dentro del grupo, pudo haber tenido hábitos alimenticios disímiles; tanto carnívoros, algunos; y herbívoros, otros. Sus características dentales y mandibulares eran similares a las de los actuales mamíferos, así como sus adaptaciones craneales para una masticación eficiente. Se ha demostrado que algunos tenían un cerebro relativamente grande en comparación con otros terápsidos de la época, lo que sugiere que algunos Theriodonta habrían presentado un comportamiento complejo y una capacidad cognitiva avanzada; motivo de fascinación para los científicos que han decidido estudiarlos. Habitó de manera abundante en el norte de la Patagonia, señal de que este era un ambiente muy favorable para su supervivencia.
Cocodrilo carnívoro que vivió hace unos 230 millones de años. Era pequeñito; unos 70 cm de longitud y 2 kilos de peso. Tenía cabeza pequeña y afilada, dientes puntiagudos y curvos. Su pelvis flexible le permitía moverse con agilidad y rapidez. De lo anterior se deduce una alimentación basada en insectos, anfibios y lagartos. Los fósiles de Burkesuchus han sido encontrados tanto en Chile como en Argentina, en un paleoambiente de llanuras inundables y bosques subtropicales. Es posible que, como otros de su clase, haya sido un animal solitario y agresivo, defendiendo su territorio y buscando pareja durante la época de apareamiento.
Cocodrilo carnívoro que vivió hace unos 230 millones de años. Era pequeñito; unos 70 cm de longitud y 2 kilos de peso. Tenía cabeza pequeña y afilada, dientes puntiagudos y curvos. Su pelvis flexible le permitía moverse con agilidad y rapidez. De lo anterior se deduce una alimentación basada en insectos, anfibios y lagartos. Los fósiles de Burkesuchus han sido encontrados tanto en Chile como en Argentina, en un paleoambiente de llanuras inundables y bosques subtropicales. Es posible que, como otros de su clase, haya sido un animal solitario y agresivo, defendiendo su territorio y buscando pareja durante la época de apareamiento.
Terópodo herbívoro que existió hace unos 145 millones de años. Su cuerpo era delgado y ligero, con largas patas y una cola rígida. Tenía una longitud de 1,6 a 3,2 metros y una altura de 0,9 a 1,6 metros. Su cráneo era pequeño, en comparación con su cuerpo, y su mandíbula contaba con dientes en forma de hoja de sierra, adaptados para triturar plantas. Esa extraña anatomía: piezas dentales y extremidades traseras similares a las de un herbívoro, pero garras delanteras de carnívoro, ha llevado a algunos científicos a considerarlo un "eslabón perdido" en la evolución de los dinosaurios, y ha generado debate sobre su clasificación junto a otros grupos. Se piensa que pudo haber tenido plumas, lo que volvería más interesante aún su adaptación evolutiva al medio ambiente. Su nombre deriva del muchacho que lo descubrió en Chile: Diego Suarez.
Terópodo herbívoro que existió hace unos 145 millones de años. Su cuerpo era delgado y ligero, con largas patas y una cola rígida. Tenía una longitud de 1,6 a 3,2 metros y una altura de 0,9 a 1,6 metros. Su cráneo era pequeño, en comparación con su cuerpo, y su mandíbula contaba con dientes en forma de hoja de sierra, adaptados para triturar plantas. Esa extraña anatomía: piezas dentales y extremidades traseras similares a las de un herbívoro, pero garras delanteras de carnívoro, ha llevado a algunos científicos a considerarlo un "eslabón perdido" en la evolución de los dinosaurios, y ha generado debate sobre su clasificación junto a otros grupos. Se piensa que pudo haber tenido plumas, lo que volvería más interesante aún su adaptación evolutiva al medio ambiente. Su nombre deriva del muchacho que lo descubrió en Chile: Diego Suarez.
Fue descubierto en la formación geológica de la Cuenca del Golfo San Jorge, en 2002, en la actual Patagonia argentina. Debido a la distinta conformación geológica que nuestro continente durante el Jurásico, es muy posible que haya deambulado también en actual territorio chileno. Se caracteriza por un cráneo largo y delgado, y una anatomía que lo sitúa entre los parientes más antiguos del temible Alosaurio. Medía entre 4 y 6 metros de longitud y pesaba alrededor de 300 kilogramos. Ello, sumado a unos poderosos dientes estriados, permitió al Asfaltovenator aterrorizar a la fauna local durante millones de años. Debió haber habitado en ambiente costero, pues su dieta incluía peces y otros animales acuáticos. También se sabe que compitió en un mismo escenario contra otros temibles carnívoros como el Gualicho shinyae y el Unenlagia comahuensis.
Fue descubierto en la formación geológica de la Cuenca del Golfo San Jorge, en 2002, en la actual Patagonia argentina. Debido a la distinta conformación geológica que nuestro continente durante el Jurásico, es muy posible que haya deambulado también en actual territorio chileno. Se caracteriza por un cráneo largo y delgado, y una anatomía que lo sitúa entre los parientes más antiguos del temible Alosaurio. Medía entre 4 y 6 metros de longitud y pesaba alrededor de 300 kilogramos. Ello, sumado a unos poderosos dientes estriados, permitió al Asfaltovenator aterrorizar a la fauna local durante millones de años. Debió haber habitado en ambiente costero, pues su dieta incluía peces y otros animales acuáticos. También se sabe que compitió en un mismo escenario contra otros temibles carnívoros como el Gualicho shinyae y el Unenlagia comahuensis.
Uno de los saurópodos más grandes en Sudamérica, pues llegó a medir 14 metros y pesaba aproximadamente 8 toneladas. Se han encontrado fósiles en la Formación Cerro Barcino, en la provincia de Chubut, en lo que hoy es Patagonia argentina. Debido a la distinta conformación de las masas de tierra durante el Jurásico, podemos inferir que también habría habitado en el presente territorio chileno. Probablemente, vivía en ambientes boscosos, en áreas cercanas a ríos y lagos, alimentándose de plantas bajas y arbustos. Caminaba en dos patas cuando joven, pero al crecer se iba volviendo cuadrúpedo mientras su peso aumentaba. Tenía huesos neumáticos, es decir, llenos de cavidades de aire, que lo hacía más ligero, permitiéndole moverse con facilidad aunque tuviese tan formidable masa corpórea. Compartió hábitat con otros saurópodos como el Volkheimeria o con terópodos como el Condorraptor.
Uno de los saurópodos más grandes en Sudamérica, pues llegó a medir 14 metros y pesaba aproximadamente 8 toneladas. Se han encontrado fósiles en la Formación Cerro Barcino, en la provincia de Chubut, en lo que hoy es Patagonia argentina. Debido a la distinta conformación de las masas de tierra durante el Jurásico, podemos inferir que también habría habitado en el presente territorio chileno. Probablemente, vivía en ambientes boscosos, en áreas cercanas a ríos y lagos, alimentándose de plantas bajas y arbustos. Caminaba en dos patas cuando joven, pero al crecer se iba volviendo cuadrúpedo mientras su peso aumentaba. Tenía huesos neumáticos, es decir, llenos de cavidades de aire, que lo hacía más ligero, permitiéndole moverse con facilidad aunque tuviese tan formidable masa corpórea. Compartió hábitat con otros saurópodos como el Volkheimeria o con terópodos como el Condorraptor.
No es un dinosaurio, sino un reptil marino (distinta línea evolutiva) que habitó los océanos de todo el mundo durante 160 millones de años. Se piensa que prefirió, mayoritariamente, las aguas costeras poco profundas.
Su cuerpo hidrodinámico y aletas le permitían nadar con gran velocidad y maniobrabilidad. Algunas especies daban a luz a sus crías vivas en el agua, lo que indica una adaptación completa al ambiente acuático. Fue uno de los depredadores marinos más exitosos de su tiempo, tan temible como lo habría sido un dinosaurio terrestre. Se han encontrado restos de diversos animales marinos en su estómago, principalmente peces y cefalópodos.
En Magallanes, Chile, cerca del glaciar Tyndall, se encuentra uno de los sitios paleontológicos más importantes del mundo con restos de ictiosaurio, abarcando especies de 1,5 hasta otras de 15 metros de longitud.
Tipo de reptil marino que evolucionó en variedad de formas y tamaños, desde pequeño y ágil de 1 metro, hasta gigante devorador con cuello largo y 15 metros de longitud. Se piensa que su linaje se apartó de los reptiles terrestres hace unos 200 millones de años, y que desarrollaron una adaptación única a la vida acuática. Presenta similitudes anatómicas con las tortugas marinas, lo que ha llevado a algunos a postular una relación evolutiva entre ambos grupos. Sin embargo, sigue siendo un tema de debate entre expertos. Una especie de plesiosaurio que habitó los mares patagónicos fue el Maresaurus coccai, de cuello muy largo y flexible con numerosas vértebras que le permitían gran movilidad submarina: uno de los reptiles marinos más impresionantes de la historia. Aunque fue un depredador formidable en su época, se extinguió hace unos 66 millones de años junto con los dinosaurios y otros reptiles marinos.
No es un dinosaurio, sino un reptil marino (distinta línea evolutiva) que habitó los océanos de todo el mundo durante 160 millones de años. Se piensa que prefirió, mayoritariamente, las aguas costeras poco profundas.
Su cuerpo hidrodinámico y aletas le permitían nadar con gran velocidad y maniobrabilidad. Algunas especies daban a luz a sus crías vivas en el agua, lo que indica una adaptación completa al ambiente acuático. Fue uno de los depredadores marinos más exitosos de su tiempo, tan temible como lo habría sido un dinosaurio terrestre. Se han encontrado restos de diversos animales marinos en su estómago, principalmente peces y cefalópodos.
En Magallanes, Chile, cerca del glaciar Tyndall, se encuentra uno de los sitios paleontológicos más importantes del mundo con restos de ictiosaurio, abarcando especies de 1,5 hasta otras de 15 metros de longitud.
Tipo de reptil marino que evolucionó en variedad de formas y tamaños, desde pequeño y ágil de 1 metro, hasta gigante devorador con cuello largo y 15 metros de longitud. Se piensa que su linaje se apartó de los reptiles terrestres hace unos 200 millones de años, y que desarrollaron una adaptación única a la vida acuática. Presenta similitudes anatómicas con las tortugas marinas, lo que ha llevado a algunos a postular una relación evolutiva entre ambos grupos. Sin embargo, sigue siendo un tema de debate entre expertos. Una especie de plesiosaurio que habitó los mares patagónicos fue el Maresaurus coccai, de cuello muy largo y flexible con numerosas vértebras que le permitían gran movilidad submarina: uno de los reptiles marinos más impresionantes de la historia. Aunque fue un depredador formidable en su época, se extinguió hace unos 66 millones de años junto con los dinosaurios y otros reptiles marinos.
Terópodo carnívoro acerca del cual tenemos la certeza que habitó en lo que hoy es Patagonia argentina. Debido a la distinta conformación de las masas continentales del Jurásico, podemos inferir que también pudo haber habitado el actual territorio chileno. De estructura esbelta, medía 3 metros de largo y 1 de alto, y pesaba aproximadamente 100 kg. Tenía una cabeza grande y fuerte con dientes afilados y curvos, ideales para desgarrar a sus presas. Sus patas traseras eran largas y musculosas, lo que sugiere rapidez y agilidad como corredor. Se piensa que vivía en ambiente costero, logrando alimentarse tanto de presas terrestres como marinas. Esa versatilidad lo convirtió en uno de los principales depredadores de su época. Aunque sus restos fósiles fueron escasos, el hallazgo fue importante, ya que estableció su presencia en el Jurásico medio. Hasta entonces, se pensaba que había existido varios millones de años después.
Terópodo carnívoro acerca del cual tenemos la certeza que habitó en lo que hoy es Patagonia argentina. Debido a la distinta conformación de las masas continentales del Jurásico, podemos inferir que también pudo haber habitado el actual territorio chileno. De estructura esbelta, medía 3 metros de largo y 1 de alto, y pesaba aproximadamente 100 kg. Tenía una cabeza grande y fuerte con dientes afilados y curvos, ideales para desgarrar a sus presas. Sus patas traseras eran largas y musculosas, lo que sugiere rapidez y agilidad como corredor. Se piensa que vivía en ambiente costero, logrando alimentarse tanto de presas terrestres como marinas. Esa versatilidad lo convirtió en uno de los principales depredadores de su época. Aunque sus restos fósiles fueron escasos, el hallazgo fue importante, ya que estableció su presencia en el Jurásico medio. Hasta entonces, se pensaba que había existido varios millones de años después.
Muy probablemente, las distintas especies de esta familia vivieron en áreas boscosas o de sabana en lo que hoy es América del Sur, África y la Antártida durante el período Jurásico y Cretácico. El primero encontrado en el hemisferio sur fue en Chile, datando aproximadamente entre 145 a 150 millones de años atrás. Nuestras especies están, quizás, entre las más grandes de su grupo, pues llegaron a medir hasta 32 metros de largo, incluyendo la cola, y 5 metros hasta el lomo, sin contar el cuello, que brindaba 8 metros adicionales de altura. Un coloso de 20 toneladas. Esa anatomía les permitía alcanzar las hojas más altas de árboles, ya que sabemos se alimentaba de coníferas; mientras que en tierra, de helechos. En general, los diplodócidos podían desplazarse a velocidades relativamente altas, gracias a sus musculosas patas traseras.
Muy probablemente, las distintas especies de esta familia vivieron en áreas boscosas o de sabana en lo que hoy es América del Sur, África y la Antártida durante el período Jurásico y Cretácico. El primero encontrado en el hemisferio sur fue en Chile, datando aproximadamente entre 145 a 150 millones de años atrás. Nuestras especies están, quizás, entre las más grandes de su grupo, pues llegaron a medir hasta 32 metros de largo, incluyendo la cola, y 5 metros hasta el lomo, sin contar el cuello, que brindaba 8 metros adicionales de altura. Un coloso de 20 toneladas. Esa anatomía les permitía alcanzar las hojas más altas de árboles, ya que sabemos se alimentaba de coníferas; mientras que en tierra, de helechos. En general, los diplodócidos podían desplazarse a velocidades relativamente altas, gracias a sus musculosas patas traseras.
Uno de los primeros dinosaurios terópodos descubiertos en América del Sur. Su hallazgo (en Patagonia argentina) resultó fundamental para comprender la evolución de los dinosaurios en nuestro continente, incluyendo al actual territorio chileno. El hito científico también permitió establecer conexiones con otros hallazgos en Europa y Asia.
Uno de los primeros dinosaurios terópodos descubiertos en América del Sur. Su hallazgo (en Patagonia argentina) resultó fundamental para comprender la evolución de los dinosaurios en nuestro continente, incluyendo al actual territorio chileno. El hito científico también permitió establecer conexiones con otros hallazgos en Europa y Asia.
El nombre del género se refiere a Argentina, país donde se descubrió, y el sufijo "saurus" significa "lagarto". El epíteto específico se refiere al sitio de descubrimiento: la Formación Huincul.
Es uno de los dinosaurios más grandes conocidos, con una longitud de hasta 35 metros y un peso estimado de 60 toneladas. Su tamaño es una característica destacada en sí misma. Tenía un cuello y una cola extremadamente largos y su esqueleto estaba adaptado para soportar esa enorme masa corporal. Habitaba en una Patagonia que era cálida y húmeda, con una vegetación abundante y diversa que permitía alimentar a grandes manadas de estos animales, ¡imagina cuánta comida podrían comer en conjunto! Algo interesante que sabemos acerca de este como de otros saurópodos de la zona es que nacían como animales pequeños de alrededor de 50 cm de largo y 5 kg de peso, pero rápidamente crecían, probablemente debido a un acelerado metabolismo.
Auca Mahuevo es un sitio paleontológico ubicado en la provincia argentina de Neuquén, donde se han encontrado más de 17.000 huevos fosilizados de dinosaurios saurópodos que datan del Cretácico Tardío. El sitio incluye huevos no solo del Argentinosaurus, sino también del Saltasaurus y el Aeolosaurus.
El nombre del género se refiere a Argentina, país donde se descubrió, y el sufijo "saurus" significa "lagarto". El epíteto específico se refiere al sitio de descubrimiento: la Formación Huincul.
Es uno de los dinosaurios más grandes conocidos, con una longitud de hasta 35 metros y un peso estimado de 60 toneladas. Su tamaño es una característica destacada en sí misma. Tenía un cuello y una cola extremadamente largos y su esqueleto estaba adaptado para soportar esa enorme masa corporal. Habitaba en una Patagonia que era cálida y húmeda, con una vegetación abundante y diversa que permitía alimentar a grandes manadas de estos animales, ¡imagina cuánta comida podrían comer en conjunto! Algo interesante que sabemos acerca de este como de otros saurópodos de la zona es que nacían como animales pequeños de alrededor de 50 cm de largo y 5 kg de peso, pero rápidamente crecían, probablemente debido a un acelerado metabolismo.
Auca Mahuevo es un sitio paleontológico ubicado en la provincia argentina de Neuquén, donde se han encontrado más de 17.000 huevos fosilizados de dinosaurios saurópodos que datan del Cretácico Tardío. El sitio incluye huevos no solo del Argentinosaurus, sino también del Saltasaurus y el Aeolosaurus.
Carnotaurus significa "toro carnívoro" en latín, sastrei honra al paleontólogo argentino Ángel Sastre.
Era un dinosaurio bípedo con una cabeza corta y ancha, cuernos pequeños y gruesos sobre los ojos y brazos extremadamente cortos con dos dedos cada uno. Se sabe que presentaba escamas en forma de diamante y tubérculos en su cola, lo que indica que probablemente tuvo un patrón de camuflaje para cazar. Su tamaño oscilaba entre 7 y 9 metros de largo y pesaba hasta 2 toneladas. Uno de los aspectos más interesantes de esta especie es que, a diferencia de la mayoría de los dinosaurios, tenía una piel conocida. Los restos fósiles del espécimen conocido como "Señor de las Espinas" incluían impresiones de la piel que muestran una textura escamosa y pequeñas protuberancias óseas en la cola, las que probablemente se usaban para la defensa y la comunicación visual. Además, los brazos extremadamente cortos, han llevado a muchos paleontólogos a especular sobre cómo los utilizaba para cazar o interactuar con su entorno. Se cree que hace 72 - 69,9 millones de años atrás habitaba los ambientes cálidos y secos, aquellos con vegetación predominante de coníferas, helechos y palmeras. También es posible que compartiera hábitat con el Argentinosaurus y el Amargasaurus.
Carnotaurus significa "toro carnívoro" en latín, sastrei honra al paleontólogo argentino Ángel Sastre.
Era un dinosaurio bípedo con una cabeza corta y ancha, cuernos pequeños y gruesos sobre los ojos y brazos extremadamente cortos con dos dedos cada uno. Se sabe que presentaba escamas en forma de diamante y tubérculos en su cola, lo que indica que probablemente tuvo un patrón de camuflaje para cazar. Su tamaño oscilaba entre 7 y 9 metros de largo y pesaba hasta 2 toneladas. Uno de los aspectos más interesantes de esta especie es que, a diferencia de la mayoría de los dinosaurios, tenía una piel conocida. Los restos fósiles del espécimen conocido como "Señor de las Espinas" incluían impresiones de la piel que muestran una textura escamosa y pequeñas protuberancias óseas en la cola, las que probablemente se usaban para la defensa y la comunicación visual. Además, los brazos extremadamente cortos, han llevado a muchos paleontólogos a especular sobre cómo los utilizaba para cazar o interactuar con su entorno. Se cree que hace 72 - 69,9 millones de años atrás habitaba los ambientes cálidos y secos, aquellos con vegetación predominante de coníferas, helechos y palmeras. También es posible que compartiera hábitat con el Argentinosaurus y el Amargasaurus.
Jakapil proviene del idioma mapudungun y significa "diente pequeño", kanikura es una palabra de origen tehuelche que significa "animal acorazado".
Era un dinosaurio acorazado bípedo del tamaño de un perro pequeño, con una longitud de 1,5 metros y un peso de 7 kilos. Se destacaba por su armadura, que lo protegía de los depredadores y lo hacía parecer una pequeña tanqueta o un "mini anquilosaurio". Se alimentaba de plantas que encontraba en su hábitat natural.
Hace 97 millones de años, el clima en la Patagonia era más cálido y húmedo que el actual, con amplias zonas boscosas y marismas, aunque también había zonas más secas y áridas, como los páramos del norte patagónico. Allí, en extensiones de terrenos planos y elevados, con suelos pobres en nutrientes y una vegetación baja y dispersa que crecía en pequeños oasis a lo largo de arroyos y ríos, nuestro acorazado amigo habría tenido que adaptarse a las duras condiciones. Para sobrevivir, es probable que haya desarrollado una dieta especializada, basada en plantas resistentes a la sequía y otros recursos que pudiera encontrar en la zona. También habría tenido que desarrollar habilidades para protegerse de los depredadores, como su armadura corporal, que lo habría ayudado a defenderse de ataques de otros animales.
Fue parte de la misma familia que los Anquilosaurios y los Estegosaurios.
Jakapil proviene del idioma mapudungun y significa "diente pequeño", kanikura es una palabra de origen tehuelche que significa "animal acorazado".
Era un dinosaurio acorazado bípedo del tamaño de un perro pequeño, con una longitud de 1,5 metros y un peso de 7 kilos. Se destacaba por su armadura, que lo protegía de los depredadores y lo hacía parecer una pequeña tanqueta o un "mini anquilosaurio". Se alimentaba de plantas que encontraba en su hábitat natural.
Hace 97 millones de años, el clima en la Patagonia era más cálido y húmedo que el actual, con amplias zonas boscosas y marismas, aunque también había zonas más secas y áridas, como los páramos del norte patagónico. Allí, en extensiones de terrenos planos y elevados, con suelos pobres en nutrientes y una vegetación baja y dispersa que crecía en pequeños oasis a lo largo de arroyos y ríos, nuestro acorazado amigo habría tenido que adaptarse a las duras condiciones. Para sobrevivir, es probable que haya desarrollado una dieta especializada, basada en plantas resistentes a la sequía y otros recursos que pudiera encontrar en la zona. También habría tenido que desarrollar habilidades para protegerse de los depredadores, como su armadura corporal, que lo habría ayudado a defenderse de ataques de otros animales.
Fue parte de la misma familia que los Anquilosaurios y los Estegosaurios.
Megaraptor significa "gran ladrón", en referencia a su gran tamaño y su alimentación carnívora, mientras que namunhuaiquii es una palabra en mapudungun que significa "reptil del sur".
Fue un depredador terrestre que medía entre 8 a 9 metros de largo. A pesar de su tamaño, era ágil y veloz. Su esqueleto sugiere que tenía una estructura ligera y órganos respiratorios eficientes, por lo que lo habría podido correr a velocidades muy altas. Además, se ha encontrado que sus vértebras le permitían girar el torso de manera excepcional, lo que también habría contribuido a su habilidad para moverse con rapidez. Se destacaba por su garra de 30 cm que utilizaba para cazar a sus presas. Habitó en medio de los cálidos y húmedos bosques de coníferas típicos de la región patagónica hace 98 millones de años.
Sus restos fueron descubiertos en 1998 en la formación geológica Sierra Barrosa de la provincia de Neuquén, Argentina. En 2021 se reportó también su hallazgo en la Patagonia chilena. Los fósiles fueron encontrados por un equipo de paleontólogos en la región de Magallanes. Los restos incluían fragmentos de huesos de la cadera y el cráneo del Megaraptor.
Se cree que estaba estrechamente relacionado con los dromeosáuridos, un grupo de dinosaurios similares a las aves con miembros anteriores modificados en forma de alas.
Megaraptor significa "gran ladrón", en referencia a su gran tamaño y su alimentación carnívora, mientras que namunhuaiquii es una palabra en mapudungun que significa "reptil del sur".
Fue un depredador terrestre que medía entre 8 a 9 metros de largo. A pesar de su tamaño, era ágil y veloz. Su esqueleto sugiere que tenía una estructura ligera y órganos respiratorios eficientes, por lo que lo habría podido correr a velocidades muy altas. Además, se ha encontrado que sus vértebras le permitían girar el torso de manera excepcional, lo que también habría contribuido a su habilidad para moverse con rapidez. Se destacaba por su garra de 30 cm que utilizaba para cazar a sus presas. Habitó en medio de los cálidos y húmedos bosques de coníferas típicos de la región patagónica hace 98 millones de años.
Sus restos fueron descubiertos en 1998 en la formación geológica Sierra Barrosa de la provincia de Neuquén, Argentina. En 2021 se reportó también su hallazgo en la Patagonia chilena. Los fósiles fueron encontrados por un equipo de paleontólogos en la región de Magallanes. Los restos incluían fragmentos de huesos de la cadera y el cráneo del Megaraptor.
Se cree que estaba estrechamente relacionado con los dromeosáuridos, un grupo de dinosaurios similares a las aves con miembros anteriores modificados en forma de alas.
Etimología del nombre: Mosasaurus proviene de la palabra latina "Mosa", que hace referencia al río Mosa en Holanda, donde se descubrió por primera vez un fósil de este tipo de reptil. Hoffmanni es en honor al paleontólogo alemán Karl Hoffmann.
No es un dinosaurio, sino un formidable reptil marino, carnívoro y muy letal, que dominó los los mares cálidos y poco profundos de la Patagonia oeste, durante un corto periodo, hacia fines del Cretácico. Se caracterizaba por un cuerpo alargado, aletas en forma de remo y una mandíbula llena de dientes afilados que utilizaba para capturar a sus presas. Llegó a medir hasta 17 metros de longitud. Se han encontrado fósiles en la isla Seymour, en la Antártica.
Etimología del nombre: Mosasaurus proviene de la palabra latina "Mosa", que hace referencia al río Mosa en Holanda, donde se descubrió por primera vez un fósil de este tipo de reptil. Hoffmanni es en honor al paleontólogo alemán Karl Hoffmann.
No es un dinosaurio, sino un formidable reptil marino, carnívoro y muy letal, que dominó los los mares cálidos y poco profundos de la Patagonia oeste, durante un corto periodo, hacia fines del Cretácico. Se caracterizaba por un cuerpo alargado, aletas en forma de remo y una mandíbula llena de dientes afilados que utilizaba para capturar a sus presas. Llegó a medir hasta 17 metros de longitud. Se han encontrado fósiles en la isla Seymour, en la Antártica.
Magallanodon es una combinación de "Magallanes" y "odontos" que significa "diente" en griego. Baikashkenke proviene del idioma tehuelche (o aonikenk), pueblo aborigen de la zona. "Bai" significa "abuelo" en esa lengua, mientras que "kashkenke" se traduce como "valle", haciendo alusión al lugar donde se descubrió el fósil.
Si bien reinaban los dinosaurios, los mamíferos también habitaron en todo el planeta, convirtiéndose muchas veces en presa. El Magallanodon fue un herbívoro de tamaño similar al de un coipo, 50 cm de largo y 10 cm de altura. Es el registro más austral de un representante del grupo Gondwanatheria. Sus fósiles fueron descubiertos en 2016 por el paleontólogo argentino Dr. Agustín Martinelli, quien trabajaba en colaboración con investigadores chilenos en la formación geológica de Baños de Dorotea en Magallanes. Según los estudios realizados a su dentadura, se cree que se alimentaba de plantas y helechos en Magallanes cuando la región tenía un clima parecido al de la zona centro del Chile actual.
Al parecer, tenía un modo de vida similar al de un armadillo, excavando madrigueras en el suelo para refugiarse de los depredadores. El descubrimiento de este pequeño mamífero herbívoro es importante porque arroja luz sobre la diversidad de la fauna que habitaba en América del Sur durante el Cretácico Superior, donde comúnmente consideramos a los dinosaurios como animales reinantes, y a veces, los únicos que habitaron la tierra durante este periodo. Magallanodon nos muestra que la variedad de animales durante esta época fue mucho más grande de lo que suponemos.
Magallanodon es una combinación de "Magallanes" y "odontos" que significa "diente" en griego. Baikashkenke proviene del idioma tehuelche (o aonikenk), pueblo aborigen de la zona. "Bai" significa "abuelo" en esa lengua, mientras que "kashkenke" se traduce como "valle", haciendo alusión al lugar donde se descubrió el fósil.
Si bien reinaban los dinosaurios, los mamíferos también habitaron en todo el planeta, convirtiéndose muchas veces en presa. El Magallanodon fue un herbívoro de tamaño similar al de un coipo, 50 cm de largo y 10 cm de altura. Es el registro más austral de un representante del grupo Gondwanatheria. Sus fósiles fueron descubiertos en 2016 por el paleontólogo argentino Dr. Agustín Martinelli, quien trabajaba en colaboración con investigadores chilenos en la formación geológica de Baños de Dorotea en Magallanes. Según los estudios realizados a su dentadura, se cree que se alimentaba de plantas y helechos en Magallanes cuando la región tenía un clima parecido al de la zona centro del Chile actual.
Al parecer, tenía un modo de vida similar al de un armadillo, excavando madrigueras en el suelo para refugiarse de los depredadores. El descubrimiento de este pequeño mamífero herbívoro es importante porque arroja luz sobre la diversidad de la fauna que habitaba en América del Sur durante el Cretácico Superior, donde comúnmente consideramos a los dinosaurios como animales reinantes, y a veces, los únicos que habitaron la tierra durante este periodo. Magallanodon nos muestra que la variedad de animales durante esta época fue mucho más grande de lo que suponemos.
Su nombre proviene del griego gigas (gigante), notos (del sur) y sauros (lagarto), y del apellido de quien descubrió los primeros fósiles, Rubén D. Carolini.
Mientras el hemisferio norte fue el reino del T-rex, el hemisferio sur (Gondwana) fue el del Giganotosaurus, el mayor depredador que haya pisado la tierra. Se estima que medía entre 12,3 a 13 metros de largo, con un atlético cuerpo de cazador. Como poseía fauces de hasta 1,8 metros de largo, ¡podría haberte devorado de un solo bocado!
Habitó en la región de lo que hoy es Argentina y Chile, en la parte occidental de la Patagonia, durante el Cretácico Superior, hace unos 100 millones de años cuando el lugar presentaba un paisaje de amplias llanuras, ríos y bosques de coníferas, y el clima era cálido y húmedo, con una temporada seca y otra de lluvias intensas.
Tenía una anatomía esbelta y ágil, especialmente diseñada para la caza. Su cráneo era estrecho y alargado, con una mandíbula potente y dientes aserrados y afilados con los que desgarraba a sus presas. Se cree que se alimentaba de dinosaurios herbívoros como el Argentinosaurus. También se sabe que cazaba otros animales como terópodos más pequeños y saurópodos juveniles, por lo que haber sido una amenaza incluso para otros depredadores como el Carnotaurus.
Su nombre proviene del griego gigas (gigante), notos (del sur) y sauros (lagarto), y del apellido de quien descubrió los primeros fósiles, Rubén D. Carolini.
Mientras el hemisferio norte fue el reino del T-rex, el hemisferio sur (Gondwana) fue el del Giganotosaurus, el mayor depredador que haya pisado la tierra. Se estima que medía entre 12,3 a 13 metros de largo, con un atlético cuerpo de cazador. Como poseía fauces de hasta 1,8 metros de largo, ¡podría haberte devorado de un solo bocado!
Habitó en la región de lo que hoy es Argentina y Chile, en la parte occidental de la Patagonia, durante el Cretácico Superior, hace unos 100 millones de años cuando el lugar presentaba un paisaje de amplias llanuras, ríos y bosques de coníferas, y el clima era cálido y húmedo, con una temporada seca y otra de lluvias intensas.
Tenía una anatomía esbelta y ágil, especialmente diseñada para la caza. Su cráneo era estrecho y alargado, con una mandíbula potente y dientes aserrados y afilados con los que desgarraba a sus presas. Se cree que se alimentaba de dinosaurios herbívoros como el Argentinosaurus. También se sabe que cazaba otros animales como terópodos más pequeños y saurópodos juveniles, por lo que haber sido una amenaza incluso para otros depredadores como el Carnotaurus.
Stegouros deriva del griego "stego" (techo o cubierta) y "ouros" (cola), en referencia a la cola con placas óseas que cubren el dorso. Elengassen hace referencia a un ser acorazado perteneciente a la mitología Aonik'enk, los antiguos aborígenes de la región donde se encontró el holotipo del dinosaurio.
Herbívoro descubierto en Magallanes, era un dinosaurio acorazado de pequeño tamaño, con una longitud de alrededor de 2 metros y un peso de alrededor de 150 kilos. Tenía una cabeza pequeña, un cuello corto y un cuerpo cubierto de osteodermos (placas óseas) que le servían de protección contra los depredadores. Su cola era especialmente interesante, con una serie de osificaciones en forma de cuchillas, posiblemente utilizadas para defenderse o atraer pareja. Se distingue de su pariente cercano Antarctopelta (Anquilosaurio hallado en la Antártica) por ser más pequeño en tamaño corporal, y por ciertas características anatómicas como la forma de sus vértebras, la falta de tendones osificados en la cola, y la forma de sus dientes. Habitaba lo que hoy es el sur de Chile, durante el Cretácico Tardío, hace unos 70 millones de años, en densos bosques templados y húmedos, hábitat diverso y abundante para la fauna y flora de la región.
Stegouros deriva del griego "stego" (techo o cubierta) y "ouros" (cola), en referencia a la cola con placas óseas que cubren el dorso. Elengassen hace referencia a un ser acorazado perteneciente a la mitología Aonik'enk, los antiguos aborígenes de la región donde se encontró el holotipo del dinosaurio.
Herbívoro descubierto en Magallanes, era un dinosaurio acorazado de pequeño tamaño, con una longitud de alrededor de 2 metros y un peso de alrededor de 150 kilos. Tenía una cabeza pequeña, un cuello corto y un cuerpo cubierto de osteodermos (placas óseas) que le servían de protección contra los depredadores. Su cola era especialmente interesante, con una serie de osificaciones en forma de cuchillas, posiblemente utilizadas para defenderse o atraer pareja. Se distingue de su pariente cercano Antarctopelta (Anquilosaurio hallado en la Antártica) por ser más pequeño en tamaño corporal, y por ciertas características anatómicas como la forma de sus vértebras, la falta de tendones osificados en la cola, y la forma de sus dientes. Habitaba lo que hoy es el sur de Chile, durante el Cretácico Tardío, hace unos 70 millones de años, en densos bosques templados y húmedos, hábitat diverso y abundante para la fauna y flora de la región.